de El Oficio de Vivir,
Cesare Pavese
1 de diciembre 1937
Mi felicidad sería perfecta de no ser por la huidiza angustia de hurgar en su secreto para volverla a hallar mañana y siempre. Pero quizá me confundo: mi felicidad está en esa angustia y una vez más retorna la esperanza de que acaso mañana bastará el recuerdo.
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